Por pura mala suerte no pude asistir al concierto del domingo pasado de Holy Fuck en la Apolo, un concierto que prometía electrónica, sudor y baile a espuertas, pero oye, cuatro conciertos en una semana no es moco de pavo.
El lunes, Rodrigo Amarante visitó la pequeña sala Sidecar para un show acústico. Ya podría haber sospechado que en semejante escenario no iba a tener cabida la banda que lo acompañó durante la muy destacable actuación en el Primavera Sound. Sólo, guitarra acústica en ristre, se ganó la simpatía del público pero ofreció un concierto más bien insulso. Al no poseer una voz que destaque, ni destacar con la guitarra acústica, el repertorio de Cavalo quedó bastante deslucido. Una pena.
Martes, La[2] de la Apolo, concierto de Angel Olsen, con un segundo largo bajo el brazo, Burn Your Fire For No Witness, que tiene todos los números de entrar en el top 10 de lo mejor del año. Ojo, ojo. La telonearon los barceloneses Cálido Home, dúo que, esta vez sí, con sólo dos guitarras acústicas, dos voces y mucho cariño crearon un ambiente como de bosque feérico-urbano del que lamentaría su brevedad. 45 minutos se antojan muy cortos cuando estás tan a gusto.