Me han dicho que hoy, en Els Matins de TV3, Felip Puig ha justificado la carga de los Mossos, para variar (ventajas de no ver la tele: tranquilidad de espíritu y neuronas funcionales. En todo caso, os dejo aquí el vídeo.).
Comentaba en las reflexiones a las vivencias de la jornada de huelga que uno de los males que aqueja a la clase política es la manipulación a su antojo de la información, deformando la realidad a una acorde a sus intereses. Ahora, la idea es equiparar los disturbios con la kale borroka y el terrorismo. ¿Medida populista? Sí: seguro que a más de uno de vosotros parece LA solución para evitar la violencia. ESO es populismo.
Lo que me alucina, y me parece terriblemente peligroso, es que esta deformación de la realidad elimina, a lo 1984 (es decir, no existe, nunca ha existido, aunque lo hayas visto), cualquier causa de esa violencia. Marcan los disturbios como la causa de los males, en un mecanismo perverso de hacer a las víctimas (no me refiero a los brètols, sino a los que estábamos ahí al lado y nos toca recibir) culpables.
Y es un ejemplo de ese mecanismo perverso: haz del efecto la causa, y de las denuncias, difamaciones. Y miente y repite el mantra, generaliza y sé calculadamente vago.
Bueno, y ya de paso, pásate la Ley de Protección de Datos y el derecho a la privacidad por el forro de los cojones.
Y respecto a la conspiranoia que despliega Puig en la entrevista, quizá lo que dice este ex sargento de la Guardia Urbana sea esclarecedor.
(Por cierto, Puig, cómplice de los violentos tu puta madre.)