Pallassos i monstres, de Albert Sánchez Piñol

Hacía tiempo que le tenía echado el ojo a este título. Fan del estilo de Sánchez Piñol en La pell fredaPandora al congo (descarnado, preciso), que su primer libro fuese un ensayo antropológico (lo que le da puntos extra de interés) sobre los dictadores del África postcolonial (aún más puntos extra) hacía que fuese sólo cuestión de tiempo que le hincase el diente.

Y me lo he ventilado en apenas dos sentadas. Primer punto a favor: una fluidez muy buena; no tan brillante como en obras posteriores, pero sin duda ágil. No será por falta de ritmo por lo que se le pueda criticar.

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¿Ironía o estupidez?

Recibo la siguiente carta de mi entidad bancaria (faltas gramaticales incluidas):

Estimado Sr. Vidal:

Nos ponemos en contacto con usted para comunicarle que como consecuencia de la Ley 10/2010 de 29 de abril, de Prevención de Blanqueo de Capitales y de la financiación del terrorismo, las entidades financieras nos vemos obligadas a conservar en nuestros archivos una copia de la documentación acreditativa de la identidad y actividad profesional o empresarial de nuestros clientes, actualizada y en soporte óptico o digital. El incumplimiento de este requerimiento legal, nos obliga a limitar la operatividad de las cuentas que carezcan de dicho documento.

Pues que estamos en Españistán, animo a los lectores a leer el cómic de Aleix Saló; así esta entrada serviría para algo que merezca la pena.
Españistán

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Apostillas del #29M

Me han dicho que hoy, en Els Matins de TV3, Felip Puig ha justificado la carga de los Mossos, para variar (ventajas de no ver la tele: tranquilidad de espíritu y neuronas funcionales. En todo caso, os dejo aquí el vídeo.).

Comentaba en las reflexiones a las vivencias de la jornada de huelga que uno de los males que aqueja a la clase política es la manipulación a su antojo de la información, deformando la realidad a una acorde a sus intereses. Ahora, la idea es equiparar los disturbios con la kale borroka y el terrorismo. ¿Medida populista? Sí: seguro que a más de uno de vosotros parece LA solución para evitar la violencia. ESO es populismo.

Lo que me alucina, y me parece terriblemente peligroso, es que esta deformación de la realidad elimina, a lo 1984 (es decir, no existe, nunca ha existido, aunque lo hayas visto), cualquier causa de esa violencia. Marcan los disturbios como la causa de los males, en un mecanismo perverso de hacer a las víctimas (no me refiero a los brètols, sino a los que estábamos ahí al lado y nos toca recibir) culpables.

Y es un ejemplo de ese mecanismo perverso: haz del efecto la causa, y de las denuncias, difamaciones. Y miente y repite el mantra, generaliza y sé calculadamente vago.

Bueno, y ya de paso, pásate la Ley de Protección de Datos y el derecho a la privacidad por el forro de los cojones.

Y respecto a la conspiranoia que despliega Puig en la entrevista, quizá lo que dice este ex sargento de la Guardia Urbana sea esclarecedor.

(Por cierto, Puig, cómplice de los violentos tu puta madre.)

Declaraciones de un herido en la manifestación del #29M en Barcelona

Este tipo de información lo acostumbro reenviar mediante retuíts pero, en el caso en que ya hayáis leído la entrada anterior sobre mi experiencia en la manifestación de la huelga general, para no haceros releerla hasta alcanzar la actualización, al final de la narración, la cuelgo en esta nueva entrada. Quien no haya leído la entrada anterior ya se lo encontrará.

Antonio (¡gracias!) me ha pasado este enlace de meneame.net que conduce al vídeo que incluyo aquí abajo. Este joven fue al que Leire atendió, acurrucado en un portal de Gran Via de les Corts Catalanes, mientras unos cuántos hacíamos de escudo ante la presencia de los antidisturbios, quines mandaron a paseo a Antonio cuando les pidió que llamasen a una ambulancia (y suerte que tuvo de que no lo agrediesen al pedirlo).

Dos costillas rotas y perforación de pulmon. Felip Puig, #etfelicitofill

Vivencias de la huelga general del #29M

La narración de los hechos

Primera huelga general del nuevo Gobierno de Mariano Rajoy, un día antes de la aprobación de los presupuestos generales ¿más restrictivos? de la democracia. Una huelga marcada, desde el punto de vista de este eterno aprendiz, más que por la crisis (que sí), por los recortes (que también), por los cinco millones de parados (apocalíptico, que diría Piqueras), por la creciente idiotización de la política. Una tendencia que no es cosa de dos días, sino de años: desde el «váyase, señor González», que yo recuerde, y seguro que de antes. De las consignas contra el oponente y los eslóganes vacíos de contenido, porque sirven tanto para un roto como para un descosido. Eso, y no otra cosa, es lo que me parece más peligroso de la situación actual.

Pero no adelantemos las conclusiones. Vayamos por partes. Continuar leyendo «Vivencias de la huelga general del #29M»

Reflexiones apresuradas sobre el #19F

Las impresiones que me ha dado la manifestación convocada para hoy, domingo, 19 de febrero, (recalco: impresiones; las reflexiones, para más adelante):

  • La genta está muy desmotivada. Ni cánticos, ni indignación a lo #15M; frustración, mucha. Y desgana. No vamos muy convencidos de poder cambiar nada, no;
  • La asistencia: empezamos con el baile de números en un factor de 200%, nada menos. Cómo se nota la mano de CiU tras los números de la Guardia Urbana en Barcelona. Aun así, ni de lejos se ha alcanzado la cifra ni del No a la Guerra, ni la del rechazo a la sentencia del Estatut ni la del #15M;
  • Salvando la del #15M, las otras dos eran más emotivas. La del No a la Guerra rezumaba humanismo, compasión y justicia. La de la sentencia del Estatut, que fue un clamor por la independencia, demuestra que la gente sale convencida cuando le tocan los símbolos (metafóricamente hablando): la lengua, la pertenencia a un pueblo, a un grupo, una bandera. No hubo un momento de silencio; fue más participativa aún que la del #15M, más dinámica, hubo más implicación. No es una crítica a esa manifestación; es una constatación de cuál es el orden de prioridades de la gente. Porque, no nos engañemos, no es propiedad exclusiva del nacionalismo catalán: véase la celebración del mundial de fútbol (sí, aquí sí ha habido mala leche).
  • Organización: sin disculpar a los sindicatos, está claro que la difamación funciona, y no movilizan lo que fueron capaces de movilizar en el pasado. Y aquí vienen muy al caso el poema de Martin Niemöller.

Conclusión: con manifestaciones así no vamos a llegar a ninguna parte. Y no quiero decir que no se tengan que convocar; al contrario: se tienen que convocar, y se tiene que ir. Nos van a dejar los derechos bajo mínimos; de hecho, van a pasar a ser privilegios, más que derechos. Pero si la respuesta va a ser el típico menosprecio de las clases políticas (y de eso el Partido Popular lleva cuerpos de ventaja sobre sus seguidores), el reírse cuando nos quejamos y mearnos en la boca cuando nos movilizamos, entonces sólo queda clara una cosa:

Las manifestaciones no son suficientes. Y vamos a tener que luchar de verdad, que no tengan opción de reírse de nosotros. Nuestro futuro va en ello.

P.D.: Por cierto, un parecido razonable que he creído ver estos días…

 

Post de jornada electoral: Traficantes de información, de Pascual Serrano; política de titulares y política a pie de calle

Si hoy le echáis un vistazo a la portada de El Periódico de Catalunya me veréis sentado entre Joan Coscubiela y Josep Antoni Duran i Lleida. Todo gracias a una iniciativa del rotativo barcelonés para publicar en la jornada electoral: organizar una reunión informal entre los cinco cabezas de cartel de la demarcación de Barcelona y diez suscriptores del diario.

También una idea muy loable para bajar a los políticos del pedestal mediático y acercárnoslos a los ciudadanos, para que podamos departir un rato con ellos; para constatar de son de carne y hueso, y ver cómo se comportan en las distancias cortas, para constatar la diferencia entre la imagen pública proyectada y la personalidad real de cada uno. Incidentalmente, porque la idea previa era que les planteásemos nuestras dudas sobre sus propuestas electorales, este fue uno de los temas de lo que más se habló entre políticos y lectores: la transmisión de la información a través de los canales (centrándose, ellos, en los habituales; poco o nada se habló de las redes sociales).

Un eslogan del 15-M

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Los recortes y la responsabilidad

Hace unas semanas recibí la revista mensual municipal Riu Sec. La típica revista con información sobre las actividades municipales, un poco de promoción de la ciudad, del comercio, el resumen de las sesiones del pleno, bla bla bla. La típica información que, como ciudadano, debería interesarme, y que como lector, pues me aburre, qué le vamos a hacer.

Pero en esta ocasión, cuando la recogí del buzón, ¡ah!, la emoción se apoderó de mí. La imagen de portada es poco menos que gloriosa:

Portada Riu Sec
Portada Riu Sec, octubre del 2011, o El impacto de la basura fuera de hora

«Y ¿cuál fue la causa de ese sobrecogimiento? ¿El diseño? ¿Los colores? ¿El motivo?». Pues no. La poca vergüenza.

Veréis: No es que me haya vuelto de sopetón anarquista (o cani, o pasota, o ninguno de esos anarquistas urbanos del «hago lo que me sale de los güevos y punto» que tanto abundan en el extrarradio), ni me caracterice por el incivismo (los que me conocen pueden asegurar, creo, que mi actitud es más bien la contraria, como buscar una papelera para depositar los vasos de plástico en todo un FIB). Pero con la que está cayendo hoy en día, resaltar en portada unos actos incívicos (y bastante comunes, todo hay que decirlo) del orden máximo de 300 euros cuando:

  • Se han instalado dos pantallas electrónicas cuya utilidad, aparte de los anuncios digitales, aún está por ver (yo no he visto, por ejemplo, ningún anuncio de ningún acto cultural, o información de interés general más allá del teléfono de atención al ciudadano);
  • Se ha malgastado dinero en una pasarela sobre el río Sec a causa de un error en su planificación;
  • Se malgastó dinero en una reproducción a tamaño megalómano del lema de la ciudad, que sólo se mostró durante los días de la Festa Major de un sólo año.
  • Y habrá más ejemplos, obviamente. Trabajar y disfrutar del ocio fuera de la ciudad hace que esté muy desconectado de lo que se cuece por aquí.

Si añadimos que el ayuntamiento de Cerdanyola no fue ajeno a la moda de vender suelo público durante la etapa del ladrillazo (y sólo hay que recordar el proyecto de la Plana del Castell como paradigma de lo que se cocía entonces), uno se pregunta (sin restarle complejidad, desde luego, a la gestión de unas arcas municipales): ¿Qué se ha hecho con todo ese dinero que se ingresó para qué, al tercer año de crisis, se esté transfiriendo la responsabilidad del déficit a los incívicos que no usan el servicio de recogida de muebles?

Insisto: Hacer malgastar 300 euros al consistorio me parece feo; con tan sólo avisar al servicio de recogida de muebles (según esta portada), los vecinos nos ahorramos unos centimillos. Pero que te lo eche en cara tu ayuntamiento después de unos claros despilfarros cabrea. Mucho. Aunque no hayas tirado un puñetero papel al suelo.

History will teach us nothing

Ayer clausuramos el club de literatura fantástica de la biblioteca Jaume Fuster comentando La guerra de las salamandras, de Karel Čapek. Como en la sesión de hace un par de años, el libro gustó unánimemente, algo que me alegra muchísimo: tengo cierta debilidad por este autor que, ya en 1936, era capaz de analizar la sociedad moderna de forma amena y con una sutil ironía. Es decir: entretiene y, a la vez, deja un poso amargo que la risa no hace más que recalcar a fuego. El mejor comentario que recuerdo haber escuchado sobre la obra es: «Este libro habla de todo».

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