¿Quién se iba a pensar que, en cuatro horas, iban a agotar todo el papel para sus conciertos en España? Bueno, Gamerco, que las ponía a la venta a través de la red de cajeros multiexpendedores ServiCaixa. Porque con la experiencia que llevamos últimamente (U2, Madonna, Bruce Springsteen, Björk…, joé, ¡si hasta Héroes del Silencio agota en horas!) sería un pelín ingenuo suponer que no va haber una avalancha de compradores que vayan a colapsar el servicio. Pero ya estamos acostumbrados: como en este país ni tenemos una banda ancha decente, ni una infraestructura adecuada, ni nos quejamos cuando nos pasan estas cosas…
De la noticia que apareció ayer en la prensa, me quedo con la siguiente frase (fuente El Periódico):
Fuentes tanto de ServiCaixa como de Gamerco apuntaron que atender a una demanda tan alta era imposible, aunque aseguraron que el sistema funcionó correctamente.
Ni el mejor Orwell, mirusté. Digo yo que, si atender la demanda era imposible, el sistema entonces no funcionó correctamente. Un funcionamiento correcto implica un servicio correcto y fluido hasta que se agotan las entradas. Si los cajeros se colgaban, si los servidores estaban sobresaturados, si se excedió el ancho de banda, el funcionamiento no es correcto. Un servicio por el que, por cierto, se desglosa unos gastos de gestión sobre el valor de la entrada que ronda unos seis euros. Seguro que ni a los que se tiraron cuatro horas delante de la pantalla y consiguieron la entrada a última hora pagarían 6 euros al acomodador de un cine al que no le funciona la linterna y los conduce a través del sistema de aire acondicionado, la sala de máquinas, los baños y la trastienda de las chuches para decirles, una vez los sienta en un sitio que ni siquiera era el suyo a mitad de proyección, que su sistema de localización de asientos funciona correctamente. Valiente caradura. Con este servicio de venta de entradas, más valdría volver a los talonarios y las colas ante las tiendas de discos (ay, no, que ya sólo queda la Fnac…)
En fin, felicidades para los que conseguisteis entradas. Porque para unos cuantos, para escuchar el Highway to Hell han tenido que sufrir todo un calvario…