Un día, William Gladstone, entonces ministro de Hacienda, visitó a [Michael] Faraday en su laboratorio. Sin saber nada de ciencia, Gladstone preguntó sarcásticamente a Faraday qué utilidad podían tener para Inglaterra los enormes aparatos eléctricos de su laboratorio. Faraday respondió: «Señor, no sé para qué servirán estas máquinas, pero estoy seguro que un día usted les pondrá impuestos».
Michiu Kaku, Hiperespacio