Creo que ya os he contado que me hice fiel lector de Amos Oz antes de leerme ningún libro suyo: fue a raíz de una charla que impartió en el festival literario Kosmòpolis 2004. Su claridad intelectual y su humanismo me dejaron boquiabiertos. Eso, y la lectura de un fragmento de su obra Una historia de amor y oscuridad que reseñé aquí mismo.
Pues hoy le han concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Y me alegro por él, a pesar de que el concepto del premio en sí sea un pelín poco filantrópico, porque es un autor que se merece ser leído (que es lo mejor que le puede pasar a un escritor).
Y hablando de escribir…