Esta tarde, hablando con Teresa, de La Frutería de Sentmenat, me he enterado de la siguiente noticia (lo siento, no he encontrado ningún enlace en castellano y gratuito, a excepción del diario ABC, que difiere «ligeramente» en la versión…).
Parece mentira que aún hoy en día hayan instituciones que persigan un ejercicio tan sano como el de la sátira. Por lo visto, tampoco queda tan lejos de aquí la condena del tipo que recibieron los humoristas gráficos daneses por las caricaturas de Mahoma. ¿Condenarán también los carnavales de Cádiz, las fallas de Valencia, las contraportadas de Ferreres en El Periódico?