Pulsando sobre el título del artículo, o aquí, leeréis una entrada del 24 de febrero de la bitácora Addenda et corrigenda, en el que se reproduce un artículo del escritor (y presentador de un interesantísimo programa sobre libros en la autonómica catalana, Alexandria) Màrius Serra sobre la necesidad de la figura del corrector literario.
Os aseguro que el trabajo de un buen corrector es casi indispensable para ofrecer un libro cuya lectura sea todo un placer. Y también que, cada día más, ya sea para ahorrarse costes o por presiones de plazos de entrega, se prescinde de ellos.
Falta, evidentemente, la reivindicación a que su trabajo, además, esté bien pagado.