Hace unos años, 20 millones de pesetas por un piso me parecía en el límite de las posibilidades de cualquiera. Hoy, mirando precios para volver a Cerdanyola (ay, al final he caído en los brazos de la nostalgia), el precio medio para un piso decente roza los 60. Y tenemos un Ministerio de la Vivienda. ¿Qué ha hecho este Gobierno para parar el subidón de los precios? ¿Y el anterior? ¿Y el anterior?
Y mira que más me vale no hablar de política: hablar no merece la pena, sólo actuar. Pero, cuando vamos a los aspectos cotidianos, resulta que es difícil evitar el tema.